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Soy una mujer decidida el 90% de la veces. Analizo rápido, hago un balance al tantan y pum, decisión tomada. No me pasó dándole vueltas al asunto. Los momentos indecididos de mi vida son agonía pura, son como esos problemas de matemáticas que nunca llegaste a resolver en el colegio. A mí no me dejaban dormir y solo por eso soy buena en matemáticas, no por que me gustaran mucho los números, sino porque no soportaba ver un problema no resuelto o mal resuelto. Eso arruinaba la armonía de mi universo y me daba insomnio o pesadillas.

De chica solían decirme "que niña más inteligente, como le va tan bien en ciencias y letras, tiene vocación de comunicadora y de ingeniera a la misma vez". No señores, lo que no tenía era vocación de mártir y por eso necesitaba ser buena en las mates. Y en mi vida NECESITO ser buena en tomar decisiones rápido, sobretodo las importantes. Si al final me equivoco casi nunca me lo reprocho, prefiero una decisión mal tomada pero rápida que una decisión leeennntaaa. Además, las malas decisiones casi siempre pueden ser corregidas con otras decisiones (rápidas por supuesto).

Hasta hace poco me vi enfrentada a tomar una decisión económica: o me compraba un carro nuevo del año que no me dé ni una sola complicación mecánica o comenzaba a ahorrar para comprarme un depita. Teniendo un carro viejo e infiel la decisión no se me hizo fácil. Y le di vueltas y vueltas y me torturé, hasta que decidí que mi carro aguantaba un año más bajo mi tutela y que mi loft de bachelorette era mucho más importante.

Como toda decisión tortuosa, fue consultada con allegados y hubo de los dos bandos, pero una de las opiniones que más me sorprendió fue la de mi mejor amiga del colegio, arquitecta que trabaja en una constructora: "noooo, tú tienes que comprarte un depa, pero de tres dormitorios por lo menos porque ahorita te nos empatas con alguien y ¿qué vas a hacer con un loft?"

¿Cómo que voy a hacer mamita? O el potencial novio viene amoblado o comenzamos los dos desde cero a comprar un depa familiar, pero mi depita seguirá siendo mío de mí para siempre, como refugio, como inversión, como taller, como lo que quiera. Creo que su argumento fue el que le sumó puntos al team "new veve's home".

Y hallábame yo feliz con mi decisión tomada, con mi cuenta de ahorros cero mantenimiento intocable en un banco ajeno a todas mis transacciones para no sucumbir a la tentación cuando me di cuenta de que en realidad no tenía que tomar la decisión entre dos cosas, ¡sino entre tres! Y de esto te culpo a ti Lady Mel, que sé que estarás leyendo esto.

Desde hace un buen tiempo Lady Mel me viene inquietando con la idea de hacer un máster o un buen diplomado en marketing. Y me agarra por mi (segundo) lado flaco porque si por mí fuera yo sería la eterna estudiante. Muy diligente Lady Mel se consiguió los calendarios de las charlas de dichos programas de todas las universidades prestigiosas de Lima. Y así pasamos primero por la Universidad de Lima, mi alma mater sobre la que me da pena hablar mal, pero que ofrecía un programa de postgrado que parecía de pre-pre-grado. Luego le tocó el turno a la UPC, donde la directora del programa, una mujer de pinta poco vendedora, nos hizo una clase de marcas blancas en lugar de explicarnos más sobre el máster, que al final incluía tantos viajes que salía carísimo por los pasajes y estadías en los destinos más exóticos del mundo. Al final de la charla sirvieron Inca Kola (normal no diet) en vasitos descartables. Hmmm... ¿Marketing no?

Meses pasaron y por casualidades de la vida Lady Mel se enteró de la charla del máster de Marketing Intelligence de la ESAN, que era nuestra "última" esperanza de un máster decente en el Perú. Por supuesto me inscribió y ayer fuimos al SwissOtel a oir las novedades. Yo no oí nada nuevo. Y tengo más quejas de ESAN que de las mencionadas anteriormente.

Primero, ¿por qué en el SwissOtel donde el estacionamiento te cuesta 7 soles la hora? Si ESAN tiene un buen campus con un buen estacionamiento gratis. Lady Mel opina que es porque el hotel es más céntrico, lo cual en todo caso es publicidad engañosa, porque donde vamos a estudiar es en el campus, que tampoco es tan lejos. Yo opino es que es para que te vayas acostumbrando a que todo te va a salir caro.

Segundo, al llegar nos hicieron llenar una ficha gigante con todo nuestro CV y hasta huella dactilar. Ni siquiera preguntaron si habíamos sido alumnas de ESAN anteriormente y si solo requeríamos actualizar nuestros datos. Yo en el pasado llevé un muy buen curso de CMR (marketing de relaciones) en ESAN y se trataba de darle seguimiento al cliente, no perder sus datos, etc. Pues yo debo denunciar que ESAN no hace lo que predica, a mí nunca me hicieron seguimiento alguno para ofrecerme otros cursos y ahora encima me hicieron llenar millones de datos que estoy segura que tienen en su inmensa base de datos (que si no la tienen están peor de lo que pienso) y de mis datos solo debe haber cambiado mi celular y mi lugar de trabajo. ¿Un máster de marketing que te recibe en su charla vendedora sin aplicar los conceptos mínimos de CMR? Hmmm.

Tercero, ninguno de los cursos me es muy ajeno (incluyendo el de CMR), pero la diferencia entre obtener un diplomado y un máster es un mes más (de los 12) de estudios y el doble de inversión. ¿En un mes me van a meter en el cerebro todo lo necesario para convertir mis conocimientos de un diplomado a un máster? Hmmmm.

Dicho esto, el catering del final de la charla estuvo bueno, solo que mal ubicado para coger los sanguchitos y a esta altura ya parece que yo recorro estas charlas solo por los lapiceros de souvenir que son tan lindos y por los sanguchitos de fiesta infantil que me encantan...

¿Qué hago Lady Mel? Como verás y por todo lo dicho he ido tomando la decisión mientras escribía... Ninguno de los tres másters vale la pena versus mi pequeño hogar dulce hogar. Y lo que pasa es que ahora mismo mi situación financiera solo da para pagar las cuotas mensuales de un solo ítem, no dos y menos tres. Y estoy optando por el de las cuotas más caras, pero más satisfactorias para mi vida actual.

Al final, ya te he dicho que para implementar el negocio que estamos pensando no necesitamos más que un curso o dos. Pero el biznezzz ya está y yo le veo gran potencial. Yo sé que a ti te ilusiona horrores estudiar un máster y tener una base fuerte de marketing, pero si te vieras en el espejo te darías cuenta de que eres la persona más vendedora del mundo solo por ser tú y que solo necesitas leer "El Posicionamiento" y ya estás. ¿Te joden los números, los balances y las estadísticas? Las hago yo. Recuerda que me hice buena en matemáticas por desesperación y soy buena en verdad.

Me da pena abandonarte en tu aventura estudiosa, pero debo pasar. Yo sé que aunque tú también tienes otros compromisos financieros al final vas a terminar estudiando el bendito máster, porque te gusta estudiar (chancooona) y te gustaría tener ese sello en tu CV. Y sin embargo, yo auguro que empecemos el negocio esta semana o después de tres másters, nos va a ir igual de bien. De todas formas, yo te apoyo en lo que quieras hacer, pero esta vez no te puedo acompañar. Decisión tomada.

Encima hoy hice una terapia de Shop y me gasté como dos cuotas del máster, jeje. Era justo y necesario amistad. Todo fue a tarjetazo, así que de eso me preocuparé en el futuro (cuando llegue el cartero con el estado de cuenta). Hoy todo está bien... Sigo siendo una mujer solvente y decidida. Mañana, quién sabe.

Si solo alguna de esas charlas de los programas de marketing hubieran sido más marketeras yo estaría padeciendo la indecisión. Pero no lo fueron. Y de pensar que así son sus charlas para ganarse al público, ¿cómo serán sus clases por las noches en días laborales...? Uyy, me comienza el sueño. Zzzz.