Hubo un tiempo donde yo tenía muchos amigos hombres y pocas amigas mujeres. Encontraba más fácil llevarme bien con ellos. Además, todavía era chica y la ilusión de que un hombre y una mujer pueden ser solo amigos para mí era una verdad pura.
El domingo me encontré de casualidad con S, un amigo de un ex-trabajo que no veo hace tiempo y con quien siempre estamos quedando en almorzar vía chat, pero nunca concretamos. Así que en vivo quedamos para este viernes. Pero hace un rato vi en la pantalla de mi celular un ícono de sobrecito... (No se molesten conmigo cuando no contesto, casi siempre tengo mi celular en volumen cero porque estoy en reuniones de trabajo o porque tengo migraña o porque estoy durmiendo, pero sí reviso mis mensajes). En fin, encuentro un mensaje donde dice que lo lamenta mucho pero que no podremos almorzar porque está atravesando problemas con G, su esposa.
Aunque yo nunca le he hecho nada a G ni le he dado motivos para que sienta celos, el mero hecho de haber nacido la transtorna y lo sé porque si las miradas mataran yo hubiera caído fulminada varias veces. Lo gracioso es que encima a G yo le salvé el noviazgo varias veces, porque cada vez que peleaban, S venía a mí por consejo y todo se resolvía. Ella debería AMARME. En fin.
Es verdad lo que puse en un post anterior, cada día que pasa de este año me voy quedando con menos compañía masculina y me da tristeza. Por favor, no tengo nada contra mis amigAs. Es más, las adoro y sin ellas no sería nada. Agradezco todos los días el hecho de conocer y querer, recíprocamente, a mujeres tan lindas, locas e inteligentes. Pero una parte de mi corazoncito extraña esa estúpida combinación XY que son los hombres como amigos.
Cabe recordar que hace menos de un mes terminé con mi mejor amigo/enemigo de 15 años y mandé al diablo a los dos hombres con los que tenía affaires. Tuve mis razones y mantengo mi posición. Ellos tres eran de cierta forma mi soporte amical masculino, con los que hablaba de todo y compartía la canchita.
¿Qué amigos quedan para mí? Sí quedan, pero contados... Y todos ellos tienen pareja y si ellas no son amigas mías pues no es muy fácil. Nada es como antes. Ahora la amistad entre un hombre y una mujer es imposible porque todo hombre ve a toda amiga como un potencial polvo. Esto lo aprendí tarde en la vida.
Pero este año siento que me hubieran bañado en repelente contra la testosterona y cada semana pierdo uno o dos amigOs. Ya sea por voluntad propia, como a los que mandé al diablo o por voluntad ajena: celos de la esposa/novia/agarre, ganas de tirar conmigo o pedirme plata prestada. Carajo, ni soy tan irresistible para generar esos celos en ellas o esas ganas en ellos ni soy una potentada con alma de beneficencia. ¿Alguno puede ser solo mi amigo? Como antes... Cuando tú y yo nos cogíamos de la mano, sin ninguna segunda intención, y nos íbamos a jugar a los carritos o al fulbito de mano (donde yo siempre ganaba, jeje) y luego conversábamos de nuestras curiosidades sexuales sin calenturamiento de por medio, solo curiosidad, y nos dábamos mutuos consejos de amor o de como dar una buena entrevista de trabajo.
Eran tiempos más simples y lamento tanto no haberme dado cuenta en su momento de que estaba viviendo una época que jamás volverá.
D, mi mejor amigo del colegio, ¿porqué dejaste de escribir? Hace cuatro años no sabemos nada de ti. Yo fui la última a la que le escribiste y luego te borraste... A veces pienso en ti y espero que seas feliz. Pero creí que tú y yo nos haríamos ancianos y seguiríamos jugando. Creí eso de todos y cada uno de mis amigos. Qué ingenua fui.
El domingo me encontré de casualidad con S, un amigo de un ex-trabajo que no veo hace tiempo y con quien siempre estamos quedando en almorzar vía chat, pero nunca concretamos. Así que en vivo quedamos para este viernes. Pero hace un rato vi en la pantalla de mi celular un ícono de sobrecito... (No se molesten conmigo cuando no contesto, casi siempre tengo mi celular en volumen cero porque estoy en reuniones de trabajo o porque tengo migraña o porque estoy durmiendo, pero sí reviso mis mensajes). En fin, encuentro un mensaje donde dice que lo lamenta mucho pero que no podremos almorzar porque está atravesando problemas con G, su esposa.
Aunque yo nunca le he hecho nada a G ni le he dado motivos para que sienta celos, el mero hecho de haber nacido la transtorna y lo sé porque si las miradas mataran yo hubiera caído fulminada varias veces. Lo gracioso es que encima a G yo le salvé el noviazgo varias veces, porque cada vez que peleaban, S venía a mí por consejo y todo se resolvía. Ella debería AMARME. En fin.
Es verdad lo que puse en un post anterior, cada día que pasa de este año me voy quedando con menos compañía masculina y me da tristeza. Por favor, no tengo nada contra mis amigAs. Es más, las adoro y sin ellas no sería nada. Agradezco todos los días el hecho de conocer y querer, recíprocamente, a mujeres tan lindas, locas e inteligentes. Pero una parte de mi corazoncito extraña esa estúpida combinación XY que son los hombres como amigos.
Cabe recordar que hace menos de un mes terminé con mi mejor amigo/enemigo de 15 años y mandé al diablo a los dos hombres con los que tenía affaires. Tuve mis razones y mantengo mi posición. Ellos tres eran de cierta forma mi soporte amical masculino, con los que hablaba de todo y compartía la canchita.
¿Qué amigos quedan para mí? Sí quedan, pero contados... Y todos ellos tienen pareja y si ellas no son amigas mías pues no es muy fácil. Nada es como antes. Ahora la amistad entre un hombre y una mujer es imposible porque todo hombre ve a toda amiga como un potencial polvo. Esto lo aprendí tarde en la vida.
Pero este año siento que me hubieran bañado en repelente contra la testosterona y cada semana pierdo uno o dos amigOs. Ya sea por voluntad propia, como a los que mandé al diablo o por voluntad ajena: celos de la esposa/novia/agarre, ganas de tirar conmigo o pedirme plata prestada. Carajo, ni soy tan irresistible para generar esos celos en ellas o esas ganas en ellos ni soy una potentada con alma de beneficencia. ¿Alguno puede ser solo mi amigo? Como antes... Cuando tú y yo nos cogíamos de la mano, sin ninguna segunda intención, y nos íbamos a jugar a los carritos o al fulbito de mano (donde yo siempre ganaba, jeje) y luego conversábamos de nuestras curiosidades sexuales sin calenturamiento de por medio, solo curiosidad, y nos dábamos mutuos consejos de amor o de como dar una buena entrevista de trabajo.
Eran tiempos más simples y lamento tanto no haberme dado cuenta en su momento de que estaba viviendo una época que jamás volverá.
D, mi mejor amigo del colegio, ¿porqué dejaste de escribir? Hace cuatro años no sabemos nada de ti. Yo fui la última a la que le escribiste y luego te borraste... A veces pienso en ti y espero que seas feliz. Pero creí que tú y yo nos haríamos ancianos y seguiríamos jugando. Creí eso de todos y cada uno de mis amigos. Qué ingenua fui.